Una tragedia golpeó a la familia de JonBenét Ramsey en 1996, cuando la pequeña fue secuestrada y asesinada. A los seis años, JonBenét, que vivía con sus padres y su hermano en Boulder, Colorado (Estados Unidos), ya había ganado premios en concursos de belleza. Sin embargo, en los años siguientes todo cambió cuando la niña fue arrebatada a sus padres y trágicamente asesinada.

El 25 de diciembre de 1996, toda la familia estaba reunida celebrando la Navidad en casa de unos amigos. Todos llegaron cansados del viaje, así que los padres acostaron a JonBenét y a su hermano. De madrugada, la madre de la niña, Pattsy Ramsey, se despertó sobresaltada y encontró una nota que habían dejado al pie de la escalera.

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En la carta se pedía un rescate de 118.000 dólares para que la niña volviera a casa. Presa del pánico, la mujer subió a la habitación de sus hijos y, efectivamente, no encontró a la niña en la habitación. En cuanto se dio cuenta de la desaparición, Pattsy llamó a la policía.

En ese momento, la mujer llegó a creer que JonBenét había sido secuestrada. Las autoridades llegaron rápidamente al lugar de los hechos y se dieron cuenta de que los Ramsey también habían llamado a varios familiares, algo poco habitual en la escena de un crimen, ya que pueden contaminar el lugar y perder pruebas.

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El crimen

Desde el momento en que la policía inició las investigaciones, el caso se volvió cada vez más conflictivo. Al analizar el mensaje dejado por los delincuentes, que constaba de dos páginas y media escritas a mano, los investigadores se dieron cuenta de que las hojas y el bolígrafo utilizados pertenecían a Pattsy.

También se dieron cuenta de que la letra cambiaba de la mitad al final y de que la cantidad cobrada era muy concreta: era la cantidad que John Ramsey, el padre de JonBenét, había ganado como gratificación de fin de año. Basándose en esto, la policía sospechó que alguien cercano a la familia (o los propios padres de la niña) estaban detrás del secuestro de la niña.

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Sin embargo, tras ocho horas de búsqueda policial, John decidió registrar de nuevo la casa y encontró el cadáver de su hija en el sótano de la vivienda, ya muerta, con la boca tapada y las muñecas atadas. La autopsia practicada a la niña de seis años reveló que su muerte se debió a un fuerte golpe en la cabeza, seguido de estrangulamiento.

Ahora bien, la investigación giraba en torno a un asesinato y, al no encontrarse el ADN de los padres del niño en el lugar donde yacía el cadáver, se les eliminó de la lista de sospechosos. En aquel momento, algunos errores en el curso de la investigación hicieron que no se encontrara al asesino.

Con todos los deslices de la investigación, se habían creado varias teorías para intentar explicar lo que le había ocurrido a la pequeña señorita. Algunos decían que el hermano, Burke, había matado a su hermana por celos y la madre había encubierto su crimen. Otros decían que habían sido los propios padres de la niña quienes la habían matado e ideado el plan para que la culpa no recayera sobre ellos.

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Presunto autor del asesinato

Años después del suceso, un profesor de 41 años llamado John Mark Karr se declaró autor del asesinato de JonBenét. En el juicio afirmó haber drogado, maltratado y matado a la niña. Sin embargo, una investigación anuló la confesión: los exámenes realizados al cadáver de la víctima no mostraron más que alimentos en su organismo. El caso se reabrió, pero no se encontraron sospechosos.

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Sin embargo, más de dos décadas después del crimen, un preso de la cárcel de Limón, en Colorado, parece haber confesado el delito en una carta a un antiguo amigo del instituto. Gary Oliva, que ahora tiene 57 años, fue condenado a una década de prisión por posesión de pornografía infantil y otras fotos de niños (entre las que se incluían imágenes de la autopsia de JonBenét).

Al parecer, en la carta le contaba a su amigo que había dejado dormir a la niña tras secuestrarla y que en un accidente acabó hiriéndose mortalmente en la cabeza. "Nunca he querido a nadie como quise a JonBenét.La dejé dormir y su cabeza se golpeó y la vi morir.Fue un accidente.Por favor, créeme.Ella no era como los demás niños", escribió.

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Michael Vail, el amigo en cuestión, tenía a Oliva como sospechoso del crimen, ya que había recibido una llamada del criminal sollozando y diciendo que había herido a una chica el mismo día del asesinato. Vail cree que la carta es prueba suficiente para demostrar la culpabilidad del antiguo compañero de colegio.

En 2002, figuraba entre varios sospechosos, pero ninguna persona ha sido acusada formalmente por el crimen. Un representante de la policía de Boulder emitió un comunicado sobre la nueva información: "Hemos remitido las cartas recibidas a los investigadores. No haremos comentarios sobre ninguna acción ni sobre el progreso de esta investigación".

En ninguna parte de las cartas el detenido reconoce plenamente haber cometido el crimen, pero las pruebas reunidas, junto con el hecho de que vive a una distancia de sólo diez manzanas de la casa familiar de JonBenét, pueden llevar a una conclusión del caso. Hasta ahora, sin embargo, el caso no ha sido resuelto y el autor del secuestro y asesinato de la pequeña no ha sido señalado por el crimen.

Fuentes: Aventura na História y Monet Magazine