Tsutomu Miyazaki, el asesino otaku

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Ya hemos visto varios casos de perversos asesinos en serie, incluso hace poco hablamos aquí de Jeffrey Dahmer, uno de los peores asesinos en serie que han existido. Pero en todas partes hay un psicópata capaz de hacer cosas realmente inimaginables. Este fue el caso de Tsutomu Miyazaki que conmocionó a Japón. El asesino en serie aterrorizó la capital Tokio secuestrando y matando a niños inocentes.Y si esto yaPor si fuera poco, incluso cocinaba partes del cuerpo de sus víctimas y bebía su sangre. Y atormentaba a sus familias enviándoles inquietantes "regalos".
Miyazaki tenía una colección de 5.700 películas de terror y violencia en su casa, por lo que se le llegó a conocer como el "asesino otaku". En Japón, este término se utiliza para describir a los adolescentes antisociales apasionados por los videojuegos y el manga, muchos de los cuales pasan la mayor parte del tiempo encerrados en sus habitaciones. La detención de Miyazaki ha llevado a los japoneses a debatir profundamente laIncluso durante el juicio, su defensa lo utilizó para intentar exculparle de los crímenes que cometió, alegando alienación mental del joven. Fue condenado a muerte por el asesinato de 4 chicas. El asesino otaku se convirtió en uno de los peores asesinos en serie que ha visto Japón.
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Tsutomu Miyazaki, tenía 25 años cuando cometió los asesinatos a finales de los 80. De hecho, no fue detenido por estos asesinatos, estos crímenes sólo salieron a la luz más tarde a través de una confesión.
En junio de 1989, Miyazaki fue detenido en un parque por haber intentado desflorar a una niña. Durante el interrogatorio les dijo que había secuestrado y asesinado a otras cuatro niñas, de entre 4 y 7 años. Los crímenes tuvieron lugar en Tokio y en el cercano distrito de Saitama entre 1988 y 1989.
Lo más chocante de sus asesinatos, no es sólo que las víctimas fueran niñas. Además de secuestrar y matar a sus inocentes víctimas, el asesino otaku cocinaba las manos y los pies de las niñas, y se bebía su sangre. Incluso dormía junto a los cadáveres para satisfacer sus demenciales fantasías sexuales.
Incluso envió cartas a los medios de comunicación locales, haciéndose pasar por una mujer y que ésta era la que había cometido estas atrocidades. Por si la tortura de no saber lo que les había ocurrido a sus hijos no fuera suficientemente dura, las familias de las víctimas seguían recibiendo del asesino trozos de los cuerpos de las víctimas.
El caso del asesino otaku conmocionó a todo el país, y no en vano, y Miyazaki fue condenado a muerte, incluso entre las súplicas de clemencia de sus abogados, que siguieron alegando la "alienación mental" de su cliente. Según ellos, Miyazaki cometió estos crímenes porque su espíritu estaba perturbado por demasiadas películas violentas.
Condena
Durante su juicio, Miyazaki dijo que lo único que deseaba era ser famoso, y que por fin lo había conseguido. Además, comparó la sala del tribunal con "una proyección de gala en el cine". "Sentí como si fuera un sueño, hice todo esto en sueños", dijo.
El asesino fue ahorcado a la edad de 45 años junto a otros dos condenados. "Con esta ejecución ha caído el telón de una historia", declaró Shigeru Hashizume, el policía que dirigió la investigación del caso.
Junto con Estados Unidos, Japón es uno de los únicos países del primer mundo que aplica la pena de muerte. Actualmente en el país hay cientos de condenados esperando en el corredor de la muerte.
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