¿Alguna vez se ha parado a pensar de qué están hechos algunos alimentos que forman parte de nuestra dieta diaria? El jamón, por ejemplo, ¿qué ingredientes contiene?

Encontramos jamón en bocadillos, pizzas y en muchos tipos de comida. Existe en dos formas: cocido, la más común, y crudo, un poco más difícil de encontrar y más caro.

La materia prima con la que se elabora este alimento es básicamente el jarrete de cerdo. Durante la producción, primero se lava el jarrete, después se somete a un proceso de curación con sal, se deshuesa, se forma junto con otros ingredientes y finalmente se asa.

Además de la carne, la industria suele añadir proteína de soja, agua, espesantes, aromatizantes, colorantes y conservantes, de modo que el jarrete de cerdo, que debería ser el ingrediente principal, acaba siendo responsable sólo de una pequeña cantidad del producto final.

Hay otro alimento que se parece mucho al jamón, incluso en su nombre, el apresuntado. La diferencia entre el jamón y el apresuntado es la cantidad de carne y grasa. El apresuntado tiene más grasa, mientras que el jamón tiene más carne. Pero si el jamón no tiene grandes cantidades de carne, se puede imaginar el porcentaje de ésta en el apresuntado.

En Brasil, el jamón más consumido es el cocido, pero en los países europeos es más popular la forma cruda. En el jamón crudo, el proceso de producción es un poco diferente. La carne no se deshuesa y permanece entera hasta su consumo. Para convertirse en auténtico jamón, el jamón necesita reposar durante mucho tiempo, por lo que su precio acaba siendo más elevado.

Como el jamón crudo se elabora sólo con carne de cerdo, que no se mezcla con soja ni aromas, suele considerarse el auténtico jamón.

Vea cómo se hace