La vicuña es un animal salvaje de cuello largo y ojos grandes, que produce un pelaje apreciado por su capacidad térmica. En contacto con la piel, la lana de vicuña retiene el calor y mantiene caliente a quien la lleva, incluso a temperaturas muy bajas. Antiguamente, este tejido se utilizaba para vestir únicamente a la realeza del pueblo inca.

La vicuña es una de las cuatro especies de camélidos de los Andes meridionales. Dos de ellas están domesticadas: la alpaca y la llama. Las otras dos, el guanaco y la vicuña, son salvajes. Distribuidas a lo largo de la cordillera de los Andes en Sudamérica, las vicuñas se concentran sobre todo en la cordillera peruano-boliviana y en el norte de Chile y Argentina, a altitudes que oscilan entre los 3.800 y los 5.000 metros.

Una fuerte característica de la vicuña es el color de su pelaje. En el lomo, costados del cuerpo, a lo largo del cuello y parte posterior de la cabeza tiene un color canela. En el pecho, vientre, parte interna de las patas y en la parte inferior de la cabeza el color es blanco.

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Quitar la lana

Las vicuñas no se reproducen en cautividad. Se trata de animales salvajes que pastan pacíficamente. Sólo una vez al año son molestadas por los habitantes de la zona, que se reúnen para llevarlas a los corrales y quitarles la lana. Las vicuñas son esquiladas en masa en ceremonias festivas llamadas "chacos".

En esta ceremonia, cientos de personas forman un cordón humano que conduce a los animales a corrales provisionales, donde se les quita la lana. Todo el proceso tiene lugar en presencia de supervisores de los organismos de protección, y a veces también participan ecologistas y periodistas.

El valor del tejido

Su elevado valor se debe a la rareza de esta lana, ya que una vicuña sólo produce 200 gramos de fibra cada tres años. Por ejemplo, para confeccionar un abrigo de lana de vicuña de unos 25.000 dólares se necesitan entre 25 y 30 vicuñas. Un par de calcetines de este tejido cuesta unos 1.000 dólares, y un traje puede alcanzar los 70.000 dólares, mientras que los pantalones de chándal rondan los 24.000 dólares.dólares.

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Hasta que la escocesa Holland & Sherry decidió producir el tejido, era imposible encontrar prendas hechas íntegramente con lana de vicuña. Esto se debía al valor de las fibras, ya que son muy finas, lo que hace que el kilo en bruto cueste hasta 500 dólares.

Otra particularidad de la lana es que tiene fibras con escamas que se entrelazan y aíslan el aire. Sólo se exportan unas cuatro toneladas anuales de lana de vicuña a países como Italia, Inglaterra, Alemania y Estados Unidos.

La protección de las vicuñas

La población de vicuñas se situaba entre uno y dos millones de animales antes de la colonización de la región andina por los europeos. Sin embargo, tras la llegada de los españoles y su caza indiscriminada, realizada con el objetivo de llevar fibra a Europa, estuvieron en peligro de extinción. En 1960, el número se redujo a sólo seis mil ejemplares de la especie.

Para ello fue necesario un acuerdo entre los gobiernos de Perú, Bolivia, Chile y Argentina, que se plasmó en el Convenio para la Conservación y Manejo de la Vicuña, celebrado por primera vez en 1969.

En la ocasión, los gobiernos señalaron que la forma más eficaz de proteger la población de vicuñas es mantenerla en estado silvestre. También se reconoció que la vicuña es una alternativa de producción económica que debe beneficiar a los pueblos andinos.

Así, pasó a ser un animal protegido por el Estado, con manejo restringido y supervisado. Se prohibió la caza y comercialización de la vicuña, y actualmente sólo se permite la comercialización de la fibra. Para permitir la supervisión y apoyar la comercialización a través de cooperativas o entidades semicomerciales, se crearon organismos oficiales.

Desde 1987, unas 200 comunidades andinas poseen rebaños salvajes. Los andinos no pueden sacrificar ninguno de estos animales, por lo que sólo pueden esquilarlos, pero siguiendo las normas de manejo y bajo la supervisión de personas que estudian estos animales.